A los 55, Laura cambió el vértigo porteño por la calma mendocina.
Un día, cansada del ruido del mundo corporativo, se preguntó:
“¿Por qué estoy aquí?”

Tomó papel y lápiz. Escribió diez respuestas seguidas.
Ninguna hablaba de oficinas, deadline´s, ni de tráfico, humedad, ni de Buenos Aires.

Viajó a Mendoza. Y entre viñedos y montañas encontró dos cosas:
el amor y su verdadera pasión —el aceite de oliva.

Hoy cultiva, elabora y fracciona su propio aceite con nuestros envases.
Dicen que su aceite tiene algo especial…
quizás sea el amor.

Hacé como Laura: encontrá tu pasión.
Y dale forma con nuestros envases para aceite.

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Etiquetas: 500cc, aceite de oliva, aceitera